lunes, 15 de septiembre de 2008

El problema de los nombres

Bastó con un rápido cambio al modo de video y un poco de entusiasmo, para que la noticia circulara en la web casi al instante en que se llevaba a cabo. La mirada curiosa y tímida del dueño de la cámara fue auxiliada por un dedo que disparó el botón y plasmó en un video la tremenda paliza que los policías propinaban a gente de su edad.

No era para menos, el acontecimiento fue una bomba. “Cada ciudadano puede constituirse en un militante público en circunstancias adecuadas”, reza la Revista Chasqui.

El papel del periodismo 3.0 representa más que permitir al pueblo quejarse con un indecente cartel amarillo de sus discrepancias. Sí, es un instrumento que los convierte en productores de la información. No en vano se señala que en 13 años las personas elaborarán la mitad de las noticias.

Pero viene la interrogante y la discusión. Si los ciudadanos y ciudadanas son ya creadores de la información, entonces, ¿qué hacen los y las periodistas?

El deber de los profesionales en esta área va más allá de expresarse libremente. Desde las aulas universitarias se aprende a reconocer la información, a hallarle un sentido a los conocimientos y a sintetizar. No en vano son muchos los años de estudio y experiencia que se requieren para lograr productos de calidad.

De ahí es que se necesita que los especialistas en el área lleven la batuta, por más que se crea que periodismo es sinónimo de libertad de expresión.

Porque así como un curandero no es considerado un médico, una persona sin estudios no puede ser considerada periodista en todo el sentido de la palabra. Sí puede tener la primicia, sí es de gran ayuda para los medios y para el público, pero se debe tener cuidado con las denominaciones.

Que quede claro que esto no es una verborrea de soberbia. Es una realidad de la que los profesionales en periodismo nos tenemos que insertar. Las personas exponiendo lo que produzcan es una fuente valiosísima, pero el deber de obtener, analizar y llevar información veraz recae en los y las periodistas.

¿Será el simple hecho del oficio que se les asigna? ¿Serán periodistas igual que los que estudian la carrera? ¿Somos todos periodistas?

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